Desde 1960, Malick Sidibé (Mali, 1936) realizó fotografías en su estudio de Bamako, Studio Malick. La gran cantidad de fotos que obtuvo durante los años 70 dieron lugar a una vasta catalogación de tipologías urbanas conseguidas mediante una labor de documentación sincera y exenta de complejos de superioridad. El resultado: una fotografía alejada de los prejuicios de la mirada occidental hacia otras culturas. Al contrario que otros fotógrafos, cuya clientela se recluta fundamentalmente entre los círculos oficiales y notables de Mali, Sidibé, entonces un joven de veintitantos años, se interesa por la juventud urbana de Bamako, inmersa en la euforia de la independencia del país, obtenida en 1960. Malick Sidibé se convierte enseguida en el cronista de esta cultura, no como observador en la distancia, sino como uno de sus miembros.
“Comencé en la fotografía trabajando con un fotógrafo francés en el año 57. Entonces era el fotógrafo más joven de la ciudad. Por suerte yo era el único que tenía un flash y así empecé a hacer las fotografías de las fiestas nocturnas. Estaba en el estudio hasta la media noche o la una de la madrugada cuando me iba a hacer fotografías por las fiestas. Regresaba a mi estudio, revelaba y el lunes o el martes colgaba las fotos en mi negocio y así los jóvenes las veían y escogían las que más les gustaban.”
El espejo visual de la moda en el Malí de los años 60 son los carteles de las películas y las fundas de los discos que inspiran a los modelos del fotógrafo. El verdadero valor de la obra de Sidibé no reside tanto en su innovación visual o en la originalidad de su escritura formal, como en el equilibrio de dos fuerzas invisibles complementarias; de un lado la libertad que el fotógrafo deja a su modelo para su propia presentación y, por otro, el lugar que él mismo ocupa como escenógrafo. Es este talento el que le ha hecho un gran retratista. Sus imágenes han sido realizadas por la necesidad antropológica de mostrarse y de dejar una imagen de uno mismo para la posteridad y por la cualidad intrínseca de la fotografía para servir de espejo fiel de estas imágenes.
“La música occidental cambió muchas cosas en aquella época. Desde 1957 llegó música rock, Ula-hop, swing… la música fue la verdadera revolución de Malí. Para la gente de mi país es importante tener fotografías de sí mismos para poder enseñárselas a su familia y amigos… es una especie de acto social. Desde los años 60 empecé a hacer fotos en mi propio estudio. Sobre todo a los jóvenes les gustaba mucho hacerse fotos con sus mejores galas, con sus pendientes nuevos, sus cabellos rizados, mostrando su mejor reloj, sus pulseras… también había personas que querían hacerse fotografías con su rebaño, con su moto…para enseñar sus pertenencias a los demás, para enseñar a los demás su vida.”
Desde su redescubrimiento en uno de los primeros Rencontres Africaines de la Photographie en Bamako en 1994, la atención puesta en la obra fotográfica de Malick Sidibé no ha cesado de crecer, tanto en el mundo del arte occidental como entre los jóvenes fotógrafos africanos.
“Cuando empecé a fotografiar jamás imaginé que después de unos años mis fotos viajarían por todo el mundo. Hacía fotografías para la gente, para mi país… mis fotografías son una forma de turismo porque cuando las observas es como si viajaras a Mali.”
Texto extraído de la entrevista a Malick Sidibé: Debo seguir trabajando mucho más y mucho mejor. La Fábrica Digital. Junio 2009.
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