Antonio Murado

Exvotos vacantes Del 21 de marzo al 10 de mayo

Nota de prensa y C.V.
Exvotos vacantes. Antonio Murado. Piso superior.
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 Lo que pinto últimamente se centra en el protagonismo de la figura y cómo ésta ocupa el espacio en el cuadro. Tomo como punto de partida la tradición de los iconos ortodoxos en Bizancio y la pintura mural del protorenacimiento en lo que ya había dejado de ser el Imperio Romano de Occidente. 


La imagen bizantina era abstracta y la nueva empezaba a representar la naturaleza tal y como era percibida sensorialmente por el artista. Este segundo planteamiento definiría lo que hoy entendemos por artista pintor mientras que el primero se estancaría en un callejón sin salida que continúa hoy en día y es considerado como una anécdota artesanal. 

El interés por la ciencia, el descubrimiento de las leyes de la perspectiva, la necesidad de relatar conceptos más complejos, el relativismo y el surgimiento de la idea de individuo protagonista harían cambiar en muy poco tiempo el aspecto de la imagen pintada desde Giotto a Leonardo, de éste a Tiziano y, más tarde, con la explosión del movimiento Barroco (el primero en difundirse globalmente) que define lo que es un cuadro hasta la actualidad. 

Los primeros artistas de los que conocemos su nombre en Occidente Cimabue, Giotto, Duccio) venían de la tradición bizantina de la que se fueron independizando poco a poco pero el primer gran maestro, que comienza en la escuela ortodoxa cretense y luego se desplaza a Occidente para hacer carrera allí es, siglos más tarde, El Greco, quien fundiría ambas escuelas conservando elementos esenciales de la filosofía estética del Oriente Romano: la idea de “lo abstracto”, de “lo no natural”, “lo no perteneciente al ámbito de lo humano”, es decir lo espiritual, el Icono. 

La fricción entre estos dos planteamiento estéticos es la que me interesa como punto de partida para esta serie de cuadros. Porque es ese elemento abstracto y espiritual el que, pasados muchos siglos, habría de volver en forma de emancipación del “motivo”, de la “figura”, cerrando un ciclo creativo que prácticamente agotó ya, tanto el vocabulario como la gramática pictórica. 

Me propongo observar ese proceso y recrear un viaje ficticio de ida y vuelta hasta la cultura visual de nuestro tiempo utilizando diferentes recursos y registros. 

Lo hago así, además, porque ésta espero que sea la mejor manera de utilizar mi incapacidad de domesticar mi curiosidad por la historia, los estilos y las filosofías del Arte y mi práctica de la pintura. 

Espero que los cuadros me dicten el camino y vayan “encontrándose” estilísticamente por sí mismos. 

Así es como he pintado siempre. 

 Antonio Murado.



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